No solo la evidencia clínica nos habla de esta conexión también hay evidencia científica. Un signo claro de relación entre manos y boca lo encontramos por ejemplo en el área premotora F5 del cerebro que es común entre la prensión manual y boca. Esto se puede observar claramente en el circuito de Babkin en los bebés o en distintas reacciones asociadas o sincinesias.